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Consejos para mejorar la calidad de vida de los pacientes con EPOC

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) se caracteriza por la presencia de obstrucción crónica y no totalmente reversible al flujo aéreo. Existe una dificultad del paso del aire debido a una inflamación en el interior de los bronquios, que se produce al inhalar sustancias nocivas, fundamentalmente el humo del tabaco.

La EPOC aparece típicamente a partir de los 40 años y afecta en España al 10%  de la población. Se puede sospechar que se tiene EPOC si están presentes los síntomas principales de la enfermedad:

  1. Tos crónica: en general, productiva y de predominio matutino.
  2. Expectoración
  3. Disnea o falta de aire: es progresiva a lo largo de la evolución de la enfermedad.

Un diagnóstico precoz evitará un deterioro mayor de la función pulmonar y el aumento de los síntomas. La confirmación diagnóstica se realiza con la espirometría, método que mejor permite demostrar la obstrucción del flujo aéreo, midiendo la capacidad pulmonar.

El tabaco es el principal factor de riesgo (el 90% de los pacientes con EPOC son fumadores), sólo el 20% de los fumadores desarrolla una EPOC y un 10% no son fumadores, por lo que también hay que tener en cuenta factores genéticos y ambientales (exposición laboral, contaminación atmosférica y/o doméstica).

La EPOC es una enfermedad prevenible y, aunque no es curable, sí que se puede tratar y, con ello, retrasar su progresión. Dejar de fumar frena el avance de la EPOC, incluso en pacientes que han fumado durante muchos años; después de un año de abandono del tabaco, comienza a observarse mejoría en las pruebas de función pulmonar. Es una enfermedad que se puede evitar si no se fuma.

El tratamiento pretende el control de los síntomas y la disminución de las complicaciones, y debe ser pautado de forma individualizada. Para tratar la EPOC lo primero es dejar de fumar. Hay que mantenerse activo y caminar cada día. También es fundamental la actividad física.

El tratamiento por vía inhalatoria ayuda a controlar la falta de aire o la fatiga, disminuye la frecuencia y la gravedad de las crisis por exacerbaciones y mejora el estado de salud, la calidad de vida y la tolerancia al ejercicio, además de ralentizar el avance de la enfermedad. Los distintos tipos de fármacos usados los podemos agrupar en:

  1. Broncodilatadores: ayudan a abrir las vías respiratorias obstruidas.
  2. Corticoides: medicación antiinflamatoria.
  3. Antibióticos: se administran cuando existe algún signo de infección respiratoria que pueda descompensar la enfermedad.
  4. Expectorantes: ayudan a expulsar la mucosidad.
  5. Oxigenoterapia: está indicada cuando el oxígeno en sangre está bajo. Normalmente hay que usarlo durante 16 horas como mínimo al día, se debe usar durante la noche, después de las comidas y durante la práctica de cualquier ejercicio físico.

Tu farmacéutico te aconsejará:

  • Dejar de fumar: es lo mejor que podemos hacer para evitar hacerles más daño a los pulmones.
  • Evitar exponerse a contaminantes: evitaremos las sustancias que puedan irritar los pulmones, como el polvo, y los olores fuertes, como el perfume. Intentaremos evitar salir a la calle cuando la calidad del aire sea mala y evitaremos lugares cerrados donde haya humo, especialmente de tabaco.
  • Cuando hace frío y viento, es recomendable usar la bufanda para cubrir la boca y la nariz, y así facilitar la respiración.
  • En casa se debe mantener una temperatura de 19-21ºC y una humedad del 45%. También es conveniente evitar cambios bruscos de temperatura y altitudes elevadas.
  • Evitar el contacto con personas que tienen una infección respiratoria.
  • Beber mucho líquido, ya que es una de las mejores maneras de mantener una expectoración fluida.
  • Seguir el tratamiento prescrito: tomar los medicamentos y seguir las indicaciones del médico y del farmacéutico para realizar un tratamiento de éxito.
  • Utilizar el inhalador de manera adecuada: un uso adecuado de los inhaladores hace que la medicación sea más efectiva y segura.
  • Buscar el apoyo de familia, amigos, etc., que nos puedan ayudar mientras aprendemos a vivir y manejar la EPOC.
  • Protegerse contra la gripe: a estos pacientes se les recomienda la vacunación anual frente a la gripe y a partir de los 65 años la vacuna frente al neumococo.
  • Consultar con el farmacéutico cualquier duda de su tratamiento y visitar al médico regularmente. Habrá que evaluar si los síntomas mejoran o empeoran o si el paciente tiene síntomas nuevos.

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