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Ya son doce los menores fallecidos por ahogamiento durante 2021. ¿Cómo evitar más tragedias?

En España el ahogamiento actualmente la segunda causa de muerte accidental, superando ya las muertes por accidentes de tráfico.

Según la OMS, los ahogamientos infantiles suponen una de las principales causas de mortalidad infantil. Las terribles estadísticas nos indican también que el colectivo más vulnerable de sufrir un ahogamiento son los niños de entre 1 y 5 años y que el medio acuático donde más se producen es en las piscinas privadas o de comunidades de vecinos.

La evidencia es indiscutible: prácticamente el 100% de los ahogamientos infantiles podrían ser evitados, pero lamentablemente cada año seguimos sumando víctimas por ahogamiento, convirtiéndose algunos veranos en la principal causa de mortalidad infantil por encima de los accidentes de tráfico.

No necesitamos más de un palmo de agua y menos de 60 segundos para que un niño se ahogue. Por tanto, desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid queremos recordar la formula más importante:

 

NIÑOS + AGUA = SUPERVISIÓN CONTINUA DE UNA PERSONA ADULTA

Esta fórmula hay que trasladarla a cualquier entorno donde haya agua, desde playas y piscinas hasta bañeras, piscinas hinchables infantiles, cubos de agua, etc.

Se ha demostrado que, cuanto antes se empiecen las maniobras de RCP, mejor es el pronóstico del niño que ha sufrido el ahogamiento. Cada segundo que no llega el oxígeno al cerebro cuenta, por ello es recomendable realizar cursos de primeros auxilios.

Para evitar accidentes fatales lo más importante es cumplir la regla de 10-20, es decir, mirar cada 10 segundos a los niños y estar a una distancia que puedas llegar a él en menos de 20 segundos. La vigilancia nunca debe dejarse en manos de niños mayores o adolescentes porque pueden distraerse con más facilidad.

Una de las situaciones donde se producen más ahogamientos suele ser durante el primer día de vacaciones. Mientras los padres están ocupados en deshacer maletas o sacar cosas del coche, los niños aprovechan para explorar el territorio y corren el peligro de caer al agua en un descuido mientras los adultos no saben donde están o qué están haciendo.

Por otro lado, hay que mantener unas normas muy claras con los menores y explicarles que no pueden bañarse sin avisar y si no hay un adulto vigilando. Conviene también que los niños aprendan pronto a nadar.

Respecto al uso de elementos de seguridad, como los dispositivos de flotación, es mejor si son elementos de flotación y no hinchables. Se recomienda no utilizar flotadores redondos donde el niño pueda volcar y quedar atrapado boca abajo dentro del agua. Lo mejor son los manguitos o los chalecos de flotación.

Cuando nos bañemos en espacios públicos, debemos bañarnos solo si hay supervisión de un socorrista, aunque, a pesar de contar con él, nunca hay que dejar de vigilar a los menores cuando están en el agua o cerca de ella. Además, el niño debe saber que no debe tirarse de cabeza nunca sin que un adulto haya comprobado la profundidad de la piscina. Lo recomendable es que al menos sea de 180 centímetros.

La mayoría de los ahogamientos se producen en piscinas particulares o de comunidades de vecinos, por ello deben estar protegidas por una valla que impida que el niño salte o pueda caer por un despiste al agua. La altura ideal es de unos 122 centímetros y contar con una puerta que se pueda cerrar con pestillo. Recuerda que las vallas pueden evitar hasta un 95% de los accidentes.

Asimismo, los sistemas de drenaje deben estar apagados mientras los niños se bañan para que no pueda atrapar los trajes de baño o el pelo del menor y así evitar que los menores queden atrapados en estos dispositivos.

Por último, no debemos olvidar a los adolescentes. Debemos recordarles la importancia de bañarse siempre en lugares vigilados y nunca en ríos, embalses o pantanos que no estén disponibles para dicho uso. Además, tienen que saber que el consumo de alcohol aumenta exponencialmente este tipo de accidentes y debe evitarse, especialmente, antes de bañarse.

Recuerda todas estas medidas de protección y seguridad este verano para que esta época no se convierta en las peores vacaciones por un accidente fatal.

NIÑOS + AGUA = SUPERVISIÓN CONTINUA DE UNA PERSONA ADULTA

 

Texto:

Belén Girón Guijarro

Responsable del departamento de Marketing del COFM

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