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Diez consejos para ayudarte a mantener tu salud

La Organización Mundial de la Salud define la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.

Para poder mantener a lo largo de los años una buena salud y una calidad de vida lo más elevada posible, es necesario adoptar en el día a día una serie de hábitos saludables que nos ayudarán, dentro de lo posible, a gozar de ese estado de bienestar físico, mental y social.

Estos hábitos consisten, básicamente, en:

  1. Realizar un chequeo general médico y odontológico, así como completar todas las vacunaciones recomendadas por las autoridades sanitarias, tanto en el caso de los niños como de los adultos.
  2. Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón para prevenir la propagación de infecciones y enfermedades.
  3. Consumir alimentos saludables:
    • Ingerir suficiente cantidad de frutas, verduras y cereales (en forma de grano entero), que nos aportarán la fibra necesaria y ayudarán a regular el colesterol y el azúcar en sangre.
    • Consumir leche y productos lácteos con bajo contenido en grasa (desnatados o semidesnatados).
    • Incluir en la dieta carnes magras (pollo, conejo, etc.), pescados, legumbres, huevos, frutos secos y aceites vegetales con alto contenido en ácidos grasos insaturados (oliva, girasol, etc.).
    • Intentar excluir de la dieta los alimentos ricos en grasas saturadas (aceite de palma, coco, etc.), grasas trans (utilizadas en bollería industrial), colesterol (carnes rojas y casquería), sal y azúcares añadidos.
  4. Utilizar las técnicas de cocinado más saludables: la cocción, el vapor, la plancha o el horno constituyen excelentes opciones para cocinar sano; en cambio, hemos de evitar las frituras y las salsas, y no abusar de los alimentos precocinados. Por otra parte, se debe tratar de cocinar y comer sin sal para proteger nuestro corazón.
  5. Realizar 5 comidas al día; desayunar fuerte, tomar algo a media mañana, comer bien, merendar y cenar ligero. Seguir horarios regulares y, si es posible, planificar con periodicidad semanal lo que tomaremos en cada comida. En general, la moderación debe ser la norma básica.
  6. Hidratarnos regularmente, ingiriendo líquido abundante.
  7. Realizar alguna actividad física. Además de fomentar una sensación de bienestar, el ejercicio físico ayuda al corazón a trabajar de manera más eficiente, contribuye a regular el colesterol y la sensibilidad a la insulina, a mejorar el tono muscular y a prevenir la obesidad y el sobrepeso. Podemos recomendar comenzar con ejercicios poco exigentes; usar las escaleras en lugar el ascensor, ir andando a trabajar, dejar el transporte público una parada más lejos del destino, etc. El objetivo es huir del sedentarismo. Como recomendación, los adultos deberían caminar entre media y una hora diaria o practicar tres veces a la semana actividades aeróbicas como el baile, la natación o el ciclismo.
  8. Evitar el consumo de tabaco y alcohol.
  9. Dormir lo suficiente. La falta de sueño reparador se asocia a numerosas enfermedades y afecciones crónicas, como la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares, la obesidad y la depresión. Durante el sueño, el organismo recupera la energía que consume durante el día además de realizar otras funciones cruciales, como segregar la hormona del crecimiento. Por este motivo, es fundamental dormir al menos siete u ocho horas cada noche y, además, adoptar hábitos regulares de descanso: irse a dormir y levantarse todos los días a la misma hora, incluso, si es posible, los fines de semana.
  10. Ser optimista y sentirse feliz aumentará las probabilidades de disfrutar también de una buena salud. También ayuda reservar tiempo para actividades placenteras y para relacionarse socialmente, afrontar los problemas pidiendo ayuda a los demás y expresar las propias opiniones y sentimientos a las personas de confianza.