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¡Cuidado con las intoxicaciones alimentarias!

Las enfermedades de transmisión alimentaria son aquellas que se producen por la ingestión de alimentos contaminados con agentes biológicos o sus toxinas.

La enfermedad que se produce puede estar causada por la ingestión de bacterias o virus (infección), como por ejemplo la salmonelosis; de toxinas existentes en el alimento (intoxicación), como es el caso del botulismo y la gastroenteritis por Enterotoxina Estafilocócica; o por parásitos (infestación), por ejemplo la triquinelosis y la anisakiasis.

Las intoxicaciones pueden producirse cuando los alimentos son sometidos a manipulación y/o almacenamiento incorrectos. Son más frecuentes en verano debido a las altas temperaturas, que favorecen el desarrollo de los microorganismos en los alimentos, y a que hay una mayor tendencia a comer fuera de casa.

Normalmente, comienzan con diversas molestias que frecuentemente se resuelven espontáneamente en un periodo de tiempo no mayor de 12 horas. Habría que acudir al médico si los síntomas persisten más de 12 horas, si son graves o si el afectado es un niño, anciano o un paciente con enfermedades o tratamientos que puedan disminuir la respuesta inmunitaria.

Los principales síntomas son náuseas, vómitos, diarrea y dolor estomacal. Con frecuencia comienzan entre 1 y 6 horas después de consumir el alimento o el agua contaminados.

El control de procesos y alimentos durante la cadena alimentaria es muy eficaz en la prevención de muchos de estos problemas, pero es muy importante que el consumidor, durante la compra y durante sus hábitos alimentarios, contribuya a mantener el nivel y garantías de inocuidad alcanzados en las fases previas de la cadena.

Para ello, vamos a recordar algunos conceptos básicos que nos pueden resultar de utilidad:

1.Consumir alimentos que hayan sido tratados o manipulados higiénicamente:

  • no se debe consumir leche sin tratamiento térmico (pasteurización, uperización, etc.)
  • las carnes, pescados y productos de repostería deben estar refrigerados o congelados
  • se deben lavar, previo a su consumo, las frutas y hortalizas que se vayan a consumir crudas
  • en los establecimientos de restauración es obligatorio el empleo de ovoproductos en la elaboración de mayonesas, salsas, cremas, etc. Si se preparan estos alimentos en casa, deberán ser consumidos inmediatamente, no aprovechar las sobras y mantener en frío.
  • si se tienen que lavar los huevos porque tienen suciedad, se debe hacer inmediatamente antes de su uso

2. Cocinar correctamente los alimentos: la temperatura a la que debe someterse el alimento debe ser suficiente para que alcance un mínimo de 70ºC en el centro del producto. Las sopas y los guisos deben alcanzar la ebullición.

3. Consumir los alimentos inmediatamente después de ser cocinados. No se debe dejar nunca los alimentos cocinados a temperatura ambiente.

4. Conservar adecuadamente los alimentos ya cocinados: los alimentos que no puedan ser consumidos inmediatamente, o las sobras, deben mantenerse bajo la acción del calor, por encima de 60ºC, o del frío, a 7ºC como máximo (preferiblemente por debajo de 5ºC). Mantenerlos siempre separados de los alimentos crudos.

5. Calentar suficientemente los alimentos cocinados: no siempre es posible aprovechar sobras de una comida anterior, pero si se decide hacerlo, se deben calentar dichas sobras a temperatura máxima antes de su consumo.

6. Evitar el contacto entre los alimentos crudos y los ya cocinados: un alimento correctamente cocinado puede volver a contaminarse por contacto con los alimentos crudos o con objetos (cuchillos, tablas, superficies, trapos, etc.) que anteriormente hayan contactado con un alimento crudo. El trapo de cocina o la bayeta puede ser un excelente vehículo de contaminación, es preferible usar papel de cocina.

7. Respetar las fechas de caducidad.

8. Mantener una correcta higiene de la persona que va a manipular los alimentos y una limpieza adecuada de todas las superficies de la cocina: es imprescindible que la persona que vaya a manipular los alimentos tenga las manos siempre limpias. Así mismo, es muy importante hacer la limpieza de la cocina diariamente, como mínimo. Tener especial cuidado al almacenar la basura, usar recipientes lisos, lavables y cerrados, y que no se encuentren cerca de los alimentos.

9. Mantener los alimentos fuera del alcance de insectos, roedores y animales de compañía: proteger adecuadamente los alimentos usando recipientes cerrados.

10. Utilizar agua potable no sólo para beber, también para cocinar. No se debe beber ni usar agua procedente de pozos que no esté potabilizada.

11. No consumir alimentos perecederos que estén expuestos a temperatura ambiente: en bares, cafeterías, etc., los alimentos deben estar protegidos en vitrinas y conservados en condiciones adecuadas, siempre que sea preciso deben estar refrigerados.

12. No interrumpir la cadena de frío.

13. No descongelar los alimentos a temperatura ambiente, sino en la parte baja del frigorífico.

Teniendo en cuenta estas medidas básicas conseguiremos disfrutar de alimentos seguros y nuestro verano no tendrá ningún imprevisto.

Un comentario

5 Septiembre, 2016 a las 10:16 am

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