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Con pies de plomo en la dispensación ‘online’

La regulación de la dispensación de medicamentos sin receta en Internet ya está en el BOE desde el pasado 9 de noviembre, aunque su aplicación no será inmediata ni mucho menos. Falta, entre otras muchas cosas, que la Unión Europea acuerde el logotipo común que identificará a los sitios web autorizados para dispensar medicamentos. Una vez decidido este sello de garantía virtual, Bruselas abrirá un plazo de un año para que las autoridades sanitarias elaboren el listado actualizado de las farmacias autorizadas y de los medicamentos sin receta que tengan limitaciones cualitativas o cuantitativas para su venta a través de Internet.

Cualquier precaución es poca y no está de más andar con pies de plomo en este terreno. Es lo que hace el Real Decreto 870/2013, aprobado por el Gobierno, al regular la dispensación de medicamentos de uso humano elaborados industrialmente no sujetos a prescripción médica.

Hay que precisar, en primer lugar, que sólo las oficinas de farmacia legalmente autorizadas y que hayan notificado esta actividad según lo dispuesto en el Real Decreto podrán dispensar a distancia medicamentos. Existen muchas cautelas para garantizar esa seguridad. La venta, por ejemplo, debe ser realizada con la intervención de un farmacéutico, desde su oficina de farmacia, previo asesoramiento personalizado y sin intermediarios.

Tampoco caben regalos, premios, obsequios, concursos, bonificaciones o actividades de promoción o venta al público de medicamentos mediante sitios web. Tan sólo están permitidos los descuentos en el PVP recogidos en la normativa vigente, entre otras muchas obligaciones informativas que debe cumplir el farmacéutico sobre el tiempo y forma de entrega, precios, número de colegiado, etcétera, además del propio comprador, que deberá dar su nombre y apellidos, teléfono, correo electrónico y dirección postal.

Son cautelas sobre el papel difícil, por no decir imposible, de garantizar y vigilar en Internet. Aunque la regulación busca precisamente reducir los riesgos de la venta ilegal de medicamentos al público a través de Internet, lo cierto es que la apertura legal de este canal también es una puerta abierta para los falsificadores. Ha sido el caso de Francia. Desde su apertura oficial, el 12 de julio pasado, los hackers localizados en Rusia, Canadá, Méjico, España o Francia han forzado todas las entradas apropiándose de los nombres de los dominios de las farmacias en Internet. El resultado es que se han detectado un centenar de sitios ilegales de venta de medicamentos en menos de dos meses.

No conviene, en definitiva, ir con prisas y resulta vital lanzar campañas de información que alerten a los consumidores de los peligros y refuercen el mensaje de que sólo las farmacias autorizadas están en condiciones de ofrecer el servicio y las garantías debidas en la prestación farmacéutica.

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