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La compra saludable y económica

La compra saludable y económica

Alimentarse adecuadamente es algo que va más allá de ser una actividad más o menos placentera: es un requisito para vivir más años, para vivirlos mejor y para disminuir la posibilidad de padecer determinadas enfermedades y discapacidades.

Siguiendo unos pequeños consejos podremos realizar una compra saludable, a la vez que económica:

– Planificación: es importante realizar una planificación de las comidas para saber los ingredientes o materias primas que tenemos que comprar. Hay que planificar las comidas recordando los alimentos que debemos incluir en nuestra dieta para hacerla equilibrada y la frecuencia con que debemos tomarlos. Tendremos en mente nuestra dieta mediterránea como patrón base para realizar nuestros menús. Así conseguiremos una alimentación variada, con todos los grupos de alimentos, y  obtendremos todos los nutrientes que el organismo necesita para realizar sus funciones.

piramide nutricional

– Nuestro almacén: antes de ir a comprar es importante revisar los alimentos que tenemos en casa (en la despensa, frigorífico o congelador). Así confirmaremos qué necesitarnos realmente y podremos desechar los alimentos caducados o que hayan sobrepasado la fecha de consumo preferente indicada por los fabricantes.

– Orden de la compra: para facilitar la compra podemos dividir los alimentos en no perecederos (pasta, arroz, azúcar), frescos (carnes, verduras, frutas) y congelados. Estos últimos son los alimentos que debemos comprar en último lugar; así estarán menos tiempo fuera del congelador y evitaremos que se pierdan sus propiedades de conservación.

– Cómo elegir la tienda: las superficies comerciales tienen la ventaja de que en un solo espacio podemos encontrar una gran oferta de productos y de precios. En cambio, los mercados y tiendas de proximidad ofrecen un trato más personalizado y los vendedores nos pueden aconsejar en la elección de los alimentos.

– Y por último: no iremos a la compra con hambre.

A la hora de fijarnos en los alimentos, también podemos ahorrar sin disminuir mucho el potencial nutritivo:

  1. Carnes y aves: las carnes blancas (pollo o conejo) son las más recomendables; sin embargo, también podemos escoger carnes rojas más baratas como la del cerdo, pero en cortes con poca grasa (solomillo o lomo).
  2. Huevos: procuraremos comprar los que tarden más en caducar. Comprobaremos que no estén rotos o agrietados.
  3. Pescado: si lo compramos fresco, es conveniente fijarse en que tenga los ojos brillantes, agallas rojas o muy coloreadas, piel húmeda y sin “fuerte olor a pescado”.
  4. Verduras: las verduras y hortalizas de temporada suelen ser la mejor opción para degustar productos de la tierra sin pagar mucho por ellos.
  5. Lácteos: es recomendable el consumo de lácteos bajos en grasa (leche o yogur). Aunque suelen ser un poco más caros, merece la pena consumirlos por los beneficios que aportan.

A parte de estas “normas” generales, cuando ya estamos en casa debemos extremar la higiene en la preparación de las comidas para evitar enfermedades:

– Escogeremos envases que tengan el tamaño adecuado para las cantidades que vamos a consumir. Si fuera necesario, podríamos fraccionar el alimento que no vayamos a consumir y congelarlo para su posterior uso.

– Guardaremos los alimentos frescos en la nevera lo antes posible, procurando hacerlo siempre antes de dos horas desde el momento de su compra. Una vez cocinados, no los dejaremos fuera de la nevera más de dos horas.

– Descongelaremos los alimentos dentro de la nevera o en el microondas justo antes de prepararlos. Nunca descongelar a temperatura ambiente.

– A la hora de cocinar evitaremos que queden partes crudas, cuajaremos bien las tortillas, etc. Intentaremos cocinar los alimentos de la manera más apetecible con técnicas sanas tipo cocción al vapor, horno, etc. Debemos moderar los fritos y el consumo de grasas.

– Lavaremos bien las frutas y hortalizas frescas con un buen chorro de agua del grifo.

Un comentario

Nerea
18 Septiembre, 2016 a las 8:41 pm

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