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Claves para tratar las varices

Aunque se asocian las varices a un problema estético, al manifestarse con una hinchazón en las venas de las piernas, la realidad es que es una patología que puede afectar seriamente a la calidad de vida de los afectados. Se trata de una dolencia con una alta prevalencia, ya que la padecen entre el 15 y el 20% de la población, y para una tercera parte conlleva dolores en las extremidades.  

Siete de cada diez casos de varices los presentan mujeres, que al acercarse a los 40 años de edad, aunque pueden aparecer a partir de los 30, sufren los primeros episodios de esta patología, debido al poco movimiento, malas posturas y falta de ejercicio a la que se ven sometidas las piernas, ya que los hábitos de vida son cada vez más sedentarios.

Prevenir que aparezcan no es siempre posible.  Sin duda, esta patología es más frecuente en las mujeres que en los hombres debido a factores hormonales. También existe una predisposición familiar. La obesidad, el embarazo, el tipo de actividad física y la constitución física son otros factores que intervienen en esta alteración. Sin embargo, el principal factor determinante de la aparición de las varices, es el componente genético o carga genética.

A pesar de que existen numerosos consejos con escaso rigor científico, el Capítulo Español de Flebología (CEF) de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular (SEACV) cree que unas recomendaciones basadas en la evidencia científica pueden ayudar a la población afectada a adoptar las medidas más eficaces en cada caso. Por ello, publica un decálogo que contribuye a disminuir las molestias y a retrasar la aparición de nuevas varices.

Las varices son venas que se inflaman debido a un mal funcionamiento de las válvulas que controlan la presión y el flujo de la sangre.  Si las venas pierden elasticidad y se deforman, estas válvulas no cierran bien y la sangre se acumula en las venas, provocando que aumenten de tamaño y se formen las varices. Esta patología, además de ser antiestética, es un problema que afecta a la calidad de vida personal y laboral de quien la padece.

Dolor o pesadez en las piernas,  hinchazón moderada de los tobillos y los pies,  calambres en las piernas, picores en las piernas, especialmente en la parte inferior, cambio de color en la zona donde se encuentra la variz, etc., son los principales síntomas de las varices que empeoran cuando se está de pie o con el calor. La enfermedad por reflujo venoso superficial es progresiva  llegando a empeorar con el tiempo si no se trata.

El tratamiento más drástico es la cirugía, pero existe una alternativa para suavizar los problemas de las varices sin necesidad de pasar por el quirófano. Son las medias de compresión, que tienen un doble efecto preventivo y terapéutico al mejorar en gran medida la circulación sanguínea en las piernas. Su mecanismo de acción consiste en la aplicación de presión externa sobre determinados puntos de las piernas y de manera decreciente hasta el muslo, de manera que favorece que la sangre ascienda hasta el corazón. También comprimen las venas, evitando que éstas continúen dilatándose y almacenando sangre en su interior.

Se aconseja seguir la recomendación de un profesional sanitario, que es la persona que mejor puede indicar cuándo utilizar una u otra media de compresión, ya que se trata de un producto sanitario que está sujeto a exhaustivos controles por parte de las autoridades sanitarias, que garantizan su eficacia.

Antes de usar medias de compresión, hay que tener claro la talla que más se ajusta a las necesidades y características físicas de cada persona. Por lo que se aconseja  acudir a la farmacia, donde nos tomarán las medidas de tobillo y gemelo. Una talla correcta garantiza que se trate y prevenga el problema circulatorio de forma adecuada. Además,  ayuda a aliviar el dolor y la sensación de pesadez en las piernas, a reducir la hinchazón y a facilitar la prevención de coágulos de sangre, especialmente después de una cirugía o lesiones.

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