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Bruxismo infantil, ¿por qué los niños aprietan los dientes?

Suele asociarse más a los adultos, ya que sus síntomas están relacionados con el estrés, cuadros de ansiedad y la tensión que vivimos con el ritmo frenético que llevamos, sin embargo, el bruxismo, un trastorno que consiste en rechinar y apretar los dientes de forma involuntaria, afecta independientemente de la edad que se tenga. En concreto, a más de un 20% de la población, según la Sociedad Española de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial (SEDO). Es decir, que los niños también pueden sufrirlo.

Aunque es muy difícil precisar cifras, desde la SEDO estiman que alrededor de un 80% de los niños ha manifestado en algún momento síntomas de bruxismo a lo largo de su infancia, pero que la mayoría de estos casos desaparece con el recambio dental.

Por tanto, puede que a los padres les tranquilice saber que el bruxismo en los más pequeños de la casa se produce habitualmente durante el desarrollo de los dientes y lo normal es que desaparezca cuando salen los definitivos. Desde la SEDO señalan que es “un proceso fisiológico normal, una manera natural de estimular la formación muscular y ósea facial y desarrollar la dentición”.

Aunque puede darse durante el día, generalmente sucede por la noche y los expertos señalan que se da con mayor frecuencia entre los seis y los diez años.

Síntomas del bruxismo

El bruxismo se produce de forma inconsciente con una contracción repetitiva y fuerte de los músculos de masticación que hace que apretemos los dientes y, por ende, se desgaste el esmalte. Pero, además, hay otros síntomas frecuentes, como dolores de cabeza y de cuello constantes, y molestias en los músculos faciales, tal y como señalan desde el Consejo General de Dentistas.

 

Causas del bruxismo infantil

Son muchos los motivos por los que puede aparecer este trastorno. Desde que el niño no tenga alineados correctamente los dientes superiores e inferiores hasta convertirse en una forma de intentar aliviar el dolor (como el de oído o de los propios dientes, por ejemplo).

El estrés o tensión emocional también les afecta. Y es que apretar los dientes puede ser una respuesta a problemas personales no resueltos o bien a la imposibilidad de expresar sentimientos de ansiedad, rabia, etc.

Otro caso a tener en cuenta es el de los pequeños que sufren hiperactividad o alguna otra afección médica, como parálisis cerebral, aunque en estos casos hay estudios en los que se explica que este desgaste dental que clásicamente ha sido atribuido al bruxismo está relacionado con el reflujo gastroesofágico que padecen estos niños.

Tipos de bruxismo

El bruxismo se puede producir tanto de día como de noche. En el primer caso, se relaciona más con estímulos externos de tipo psicosocial o ambiental; mientras que el nocturno se asocia a una disfunción central neuromotora.

 

Tratamiento del bruxismo infantil

Si bien es cierto que cada persona es diferente y que, por tanto, el tratamiento debe adaptarse en función de su caso particular, hoy en día existen diferentes formas de abordaje para mitigar el problema.

En primer lugar, y lo más esencial, es que el odontopediatra controle el proceso de desgaste de los dientes para aplicar el mejor tratamiento.

Por otro lado, lo que los profesionales desaconsejan en los niños pequeños es colocar una férula de descarga. El motivo principal es que, como aún no han terminado de salir los dientes definitivos, puede afectar a su correcto crecimiento.

Según la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, el buscar la forma de reducir la ansiedad puede facilitar su desaparición, como, por ejemplo, ayudar a relajarse leyéndole cuentos, hablando para que se sienta cómodo y exprese en confianza si hay algo concreto que le preocupa y que le esté generando tensión, etc.

No obstante, si el problema persiste, se debe consultar con el odontopediatra para establecer el mejor tratamiento y seguimiento de su evolución.

 

Autor: Alba Jiménez, periodista del COFM.

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