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Agatha Christie, la escritora que sabía envenenar de verdad

El arma favorita de Agatha Christie para matar a sus personajes era el veneno. De hecho de las 300 víctimas que aparecen en sus más de 70 novelas, la mayoría partían hacía el más allá por causas relacionadas con alguna sustancia tóxica. Una circunstancia nada casual, ya que la llamada “reina del crimen” utilizaba este método porque tenía conocimientos científicos al haber trabajado como auxiliar de farmacia durante su juventud.

De acuerdo a su prolífica obra, el veneno tenía pocos o ningún secreto para la famosa novelista, quien siendo muy joven se presentó como enfermera voluntaria tras el estallido de la Primera Guerra Mundial. En el hospital de Torquay fue seleccionada para trabajar en el departamento de farmacia donde ayudaba a los farmacéuticos a preparar las medicinas que eran administradas a los enfermos. Según indica en su biografía, dedicó 3.400 horas de trabajo no remunerado a esta ocupación que le aportó las primeras nociones de química, formulación y botánica que posteriormente le ayudaron a conseguir el título de asistente de farmacia.

Durante su estancia en el hospital, Agatha Christie aprovechó la inspiración y sus conocimientos en toxicología para escribir la que sería su primera novela “El misterioso caso de Styles” y en la que hace su debut el puntilloso detective belga Hércules Poirot. Los conocimientos de química de la novel escritora fueron muy bien valorados por la prestigiosa revista “The Pharmaceutical Journal”.

Dos décadas después, con 49 años de edad y habiendo consolidado su carrera como escritora, se ofrece de nuevo como voluntaria cuando estalla la II Guerra Mundial. También en esta ocasión trabajará en el departamento de farmacia, concretamente en el hospital University College Hospital en Londres. El responsable de este departamento, Harold Davis, fue quien le inspiró para usar el envenenamiento por talio en “The Pale Horse”, donde ella describe minuciosamente sus síntomas con tal detalle, que sirvió de guía a médicos y detectives para reconocer casos reales de envenenamiento por este metal.

Así lo indica la química y divulgadora científica Kathryn Harkup en su libro ‘A de Arsénico’, donde señala “la exactitud con la que Christie describió los síntomas de la intoxicación por talio en la novela El misterio de Pale Horse, fue tan minuciosa que muy posiblemente salvó la vida de dos personas concretas”.

La reina del crimen sigue siendo la escritora más vendida de todos los tiempos. Con más de 2.000 millones de copias, su producción es la tercera más publicada en la historia de la literatura, solo superada por la Biblia y William Shakespeare. Actualmente sus libros siguen editándose traducidos a 103 idiomas. No es de extrañar que Winston Churchill dijera que Agatha Christie “es la mujer que ha sacado más partido al crimen desde Lucrecia Borgia”.

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